Historia - Ninfa - Lau

¿Quién diría que una cara bonita podría causar tantos destrozos? Y la realidad es que, aún siendo demasiado menor, sus pares habían podido notar que, su naturaleza, inclusive siendo dual, parecía sin embargo no contener nada de bondad. Ni siquiera una pequeña pizca, y aquel ying-yang que caracterizaba a los de su tipo era solamente una mancha negra en su corazón. Muchos creyeron que era por simple ingenuidad, cosas de la edad y la inmadurez, pero otros tantos no se veían alegres con sus acciones, por lo cual sus padres, hasta ese entonces quienes velaban por su bien, muchas veces perdían el control de la situación. Muchas fueron las buenas intenciones de los Duques por mantener los problemas a raya, pero las quejas no escaseaban y ella nunca alcanzaba mejoría.
Adentrada en la pubertad y con una nueva edad por vivir, sus ánimos se apaciguaron, sus ansias y sus impulsos se ofuscaron y por fin creyeron que un nuevo aire rodearía a la niña. Podían estar tranquilos, dado a que algo particular aconteció: un pequeño amor surgió entre la joven Ninfa y uno de sus compañeros, algo sutil e infantil, pero bastante real para la fémina. Durante ese tiempo, sus poderes e ideales se acomodaron, pero no pasó demasiado para que su oscura naturaleza renaciera, como un fénix dormido entre sus propias cenizas. Y vaya que resulta una ironía para su elemento. Por desdichada suerte o mala jugada del destino, seguramente por más razón de éste último, confundió una escena entre el muchacho y una de sus conocidas, y cegada por su molestia y sus sentimientos más profundos su ira provocó que sus poderes se incrementaran e hiriera a la joven de gravedad. Fue la gota que rebalsó el vaso... Y temiendo la peor condena, decidió que la mejor opción resultaría exiliarse. Desaparecer, pues no reconocía a otra autoridad que a la de sí misma y tampoco había mostrado rendición o remordimiento alguno por sus hechos.

Resentida con su propio linaje —y ni hablar de los pertenecientes a otro elemento—, vagó por los terrenos donde los mortales residían desde hacía centenares. No hace falta explicar cuan poco le costó saciar sus caprichos: un ser tan vistoso y llamativo no podía correr menor suerte. Durante casi ciento noventa años, se traslado como un nómada en busca de nuevos placeres y una respuesta a la pregunta que había estado haciéndose desde que le había sido concedido la consciencia: ¿cuál era su propósito?
Gracias a variados contactos, consiguió empleo dentro de The Sliper Room como una de sus atracciones principales y fue vista ya no como una amenaza —al menos no directa—, sino como una irresistible tentación.

¿Cómo es que una flor puede marchitarse al punto de oscurecerse por completo? Y es una lástima, dirían algunos... otros lo encontrarían un acto sensual y atrayente, pero, para ella, es sólo "la vida". Venida de una familia rusa y terrateniente, sin madre o hermanas, amén de uno mayor y un padre demasiado ocupado como para siquiera notarla, aprendió a arreglárselas sola desde la cuna, de la manera en que pudiera. Incluso siendo pequeña, su belleza fue un fruto maduro y delicioso, cuestión de la que muchos quisieron aprovecharse. Sin embargo, habiendo sido la causa de la muerte de su madre, quien falleció al darle a luz, consejos le faltaban, y pocas veces supo realmente diferenciar entre el aprecio y el interés. Variadas fueron los momentos en que sus amistades tomaron partido de sus atributos, ya fuera por conveniencia o austera necesidad de aprovecharse. Creció rodeada de falacias y ninguna calidez, y fue por eso que se apoyó, únicamente, en su hermano mayor. Sin embargo, y a pesar de que ella le creyera su única luz en el vacío existencial, era, tal vez, la peor persona en quien confiar.

Con el pasar de los años, se tornó en una fémina de increíbles atributos, tanto físicos como artístico. Naturalmente, siempre había sido buena para la pintura y el dibujo, incluso la escultura, y además de haber sido instruida en la música y la actuación, el arte resultaba su pasión más profunda. Para cuando cumplió los dieciocho, su último cumpleaños junto a su familia, pues eso sería, resultó todo un festín, con grandes personalidades. No obstante, y pensándose por fin poseedora de algo de suerte, para el momento en la que las personas dejaron la mansión, recibió la terrible noticia de que, sin aviso previo, había sido entregada, en mano y persona, a un hombre del extranjero, un socio de su padre, pues su casamiento afianzaría la unión de sus empresas. Sorprendida y exasperada, se negó a ello, pero lo único que recibió a cambio por ello fueron golpes y rebajos de palabras por su condición femenina, sin obviar la culpa que el dueño de la casa le concedía por la muerte de su mujer...

Durante un tiempo, planeó su huida y entonces lo logró una noche de tormenta, con la ayuda del ama de llaves, quien había sido como una especie de nana amable para con ella. En su intento por desaparecer, una idea se cruzó por su mente: fingir su muerte, su desaparición, su desvanecimiento del mundo mortal. Así sucedió, cayó por una barranco, directo al río, y la corriente obviamente le arrastró. Quienes le habían seguido, fieles servidores de la familia, tomaron esto como un alivio a su corredera sin descanso y comunicaron al Jefe sobre tal suceso. Desamparada y sin rumbo, nuestra joven nadó hasta una orilla cercana y comprendió entonces que, por ese momento y en adelante, era libre.

¿Cómo es que sobrevivió se preguntan? Nunca lo comentó ni lo comenta o comentará, pues se avergüenza de sus mañas y los hechos que cometió para poder alimentarse o conseguir prendas. Ocultó su identidad y sus datos, tiñó su cabello castaño oscuro a rubio cobrizo y con ello comenzó una nueva vida. Desde el anonimato y de a poco, se hizo de uno, dos, tres, cuatro, varios contactos, trabajando día y noche, lo logró y consiguió lo necesario para viajar hacia San Francisco, donde todo el mundo afirmaba oportunidades no escaseaban. Y, en ello, oyó sobre The Club, lo que ofrecían y su entorno, y comprendió que, aunque bajo aún más peligrosos términos, podía resultar su salvación. Probó suerte. Demostró sus grandes capacidades artísticas, como bailarina y showgirl, y llegó a alcanzar gran admiración como parte del equipo. Sin viejos amigos, sin lazos. sólo con su rencor y la belleza que el ceno más amable le había regalado.